Mi nombre es David, y Casa del Agua es el resultado de un largo camino de descubrimiento personal y transformación. Durante años, fui parte de la escena creativa en diseño y publicidad, rodeado de amigos y proyectos que en un inicio me llenaban. Sin embargo, al ritmo de las demandas del negocio, perdí conexión con las partes más auténticas de mí: mis pasiones, mis amistades y, finalmente, conmigo mismo.
En medio de esa desconexión, busqué respuestas. Mi despertar comenzó con una experiencia profunda con ayahuasca, un viaje que encendió en mí una sed de autodescubrimiento que me acompañó los últimos ocho años, y que me llevó a explorar filosofías, terapias holísticas y a cuestionar mis propias creencias. La pandemia trajo una pausa inesperada a mi vida nómada. Fue entonces, de vuelta a casa, donde surgió una visión clara de lo que siempre había soñado: crear un espacio en la naturaleza donde las personas pudieran reconectar, inspirarse y vivir en armonía.
Así nació Casa del Agua, un santuario donde combinamos creatividad, naturaleza y consciencia. Aquí, nuestra misión es sencilla pero profunda: crear un lugar de encuentro para quienes buscan el crecimiento personal y un regreso a lo esencial.
Bienvenid@ a Casa del Agua, donde tu historia se une a la nuestra.